Marcel Proust, escritor francés. ¡Un grande!
Porque si hablamos de grandes escritores, tenemos que hablar sí o sí de Marcel Proust, el destacado novelista, ensayista y crítico francés, que nació el 10 de julio de 1871 en París en medio de una familia culta y acomodada económicamente, que le permitió, por medio de su fortuna, frecuentar salones aristocráticos, llenos de literatos y artistas, y vivir sin trabajar, dedicándose por completo a la escritura.
Marcel Proust fue un niño sobreprotegido a causa de algunas debilidades médicas que presentó desde temprana edad hasta el fin de sus días, a los 51 años. En su juventud, se le reconoció como un snob que invirtió la mayor parte de su tiempo en escribir, sin mucho éxito, al menos durante los primeros 20 años que se dedicó al ejercicio de la escritura.
Fue en 1907 cuando comenzó la que sería la primera parte de su máxima novela, que tituló Por el camino de Swann, y que se publicó en 1912. Mientras que la segunda parte, A la sombra de las muchachas en flor, recibió el premio Premio Goncourt en 1919. Ambas partes, junto a otras cinco, compondrían la novela En busca del tiempo perdido, una de las obras cumbres de la literatura del siglo XX, publicada entre 1913 y 1927, por la que Marcel Proust decidió encerrarse en sus últimos años de vida para poder concluirla.
A pesar de que eso no sucedió, y que Marcel Proust murió a causa de una de una bronquitis mal cuidada en 1922, la novela ha sido reconocida como un grandísimo aporte en el campo de la filosofía, la literatura y la historia del arte.
En busca del tiempo perdido es un novela autobiográfica caracterizada por el trabajo de introspección que hizo el autor para lograr una obra que plasma recuerdos nítidos, sensaciones, olores y sabores, que son parte fundamental de la narración omnisciente y onírica de la obra, donde Marcel Proust cuenta su vida, analizando las relaciones humanas, las pasiones, el tiempo, el recuerdo, la memoria, la homosexualidad, el arte y el vacío existencial.
En la novela de Marcel Proust, podemos encontrar a más de 200 personajes, personas a las que el escritor conoció y que trae a la vida siendo parte de una red de vivencias; como anécdotas, conversaciones, discusiones y reflexiones que nos trasladan a diversos lugares y momentos de la vida del autor.
En la obra maestra, Marcel Proust nos muestra, además, la decadencia de la nobleza francesa a fines del siglo XIX. Finalmente, fue su hermano quien, tras su muerte, tomaría el cargo de editar los manuscritos que aparecieron de a uno hasta que en 1927 se publicó el tomo séptimo y final: El tiempo recobrado (Le temps retrouvé).
Marcel Proust escribió también, en su corta vida, Los placeres y los días, Jean Santeuil y una serie de artículos de prensa, como crítica literaria, y una gran cantidad de cartas publicadas en el libro de 21 tomos, Epistolario (1993).
La obra de Marcel Proust se caracteriza por un estilo literario influido por el impresionismo y simbolismo, donde predomina la descripción larga y atomizada, y una narrativa lenta que suele ser circular o como un espiral. La mayoría de las veces en las obras de Proust, el narrador es omnisciente y puede manipular el tiempo psicológico de la narración, la cual nos habla de efectos sensoriales más que de hechos concretos. Por todo esto y más, es que Marcel Proust fue y sigue siendo un innovador inalcanzable en las letras, digno de conocer y reconocer.
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