Jorge Luis Borges, uno de los autores más destacados de la literatura mundial del siglo XX, nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899.
Con una familia de destacados militares y algunos escritores y poetas, declaró que era heredero de ambas tradiciones, la militar y literaria.
El padre de Jorge Luis Borges era descendiente portugués, dedicado a las leyes, a la docencia y también a la escritura. Por otra parte, su madre, tradujo diferentes obras del inglés al español.
Jorge Luis Borges creció en un ambiente privilegiado en cuanto al acceso a educación y letras. Fue así como se transformó en bilingüe a corta edad, aprendiendo a leer y escribir con tan solo cuatro años.
Según sus propias palabras, fue la biblioteca de su padre, y su mismo padre, que lo acercó a la literatura desde siempre, enseñándole que el lenguaje es más que un cúmulo de palabras, sino más bien signos y símbolos, mágicos y musicales.
Desde los 6 años, Jorge Luis Borges tuvo una institutriz inglesa y, al año siguiente de su llegada, escribió su primer relato, La visera Fatal. También escribió en inglés un ensayo sobre la mitología griega y tradujo El príncipe feliz de Oscar Wilde, siendo publicado en un periódico.
En el colegio no la pasó nada bien, ya que era molestado por sus compañeros debido a su aspecto y a su desarrollo intelectual, lo que le trajo algunas consecuencias, como tartamudeo al hablar.
Esta situación de discriminación terminó cuando la familia de Jorge Luis Borges se trasladó hasta Europa, donde su padre se sometió a un tratamiento para combatir la ceguera que, años después, también afectaría a Jorge Luis.
Jorge Luis Borges recibió un excelente trato en su nuevo colegio, donde su inteligencia era admirada y preciada.
En aquellos años, Jorge Luis Borges leería poetas expresionistas, realistas y malditos, como Arthur Rimbaud. También a filósofos, entre ellos a Nietzsche.
Aprendió alemán de forma autodidacta y perfeccionó su francés.
Junto a su familia se trasladó a España en 1919, donde escribió Los ritmos rojos y Los naipes del tahúr. En España también participó del movimiento ultraísta, que luego lideraría en Argentina.
Además escribió poemas y crítica literaria para algunas revistas especializadas.
A comienzos de la década del 20 Jorge Luis Borges volvió a Buenos Aires junto a su familia. Aquí, colaboró y fundó revistas y publicó Fervor de Buenos Aires, su primer libro de poesía, donde manifestó espíritu descriptivo y su amor a Buenos Aires.
Siguió colaborando con revistas, publicó Luna de Enfrente e Inquisiciones, y se transformó en uno de los más talentosos y polémicos escritores de América.
Fundó corrientes literarias y se cansó de ellas hasta el hartazgo. Escribió por dos décadas sobre narrativa fantástica y mágica, que tuvieron como consecuencia algunas de sus más aplaudidas obras, como Historia universal de la infamia, Ficciones y El Aleph.
Escribió letras de tangos y milongas, publicó poemarios y novelas, siempre desde su formación europea pero también desde su sentir porteño.
Ya en los años 30, Jorge Luis Borges conoció al que sería su gran amigo, Adolfo Bioy Casares.
En esta década, cambió su estilo y escritura, además de su vida. Tras la muerte de su abuela y padre, tuvo que comenzar a hacerse cargo de su adultez y consiguió trabajo, mediante un amigo, en una biblioteca municipal.
Un grave accidente mantuvo a Jorge Luis Borges al borde de la muerte, sumergiéndose en la fantasía del limbo entre lo real y ficticio. De este modo, en 1940 publicó Antología de literatura fantástica, en colaboración con Bioy Casares y Silvina Ocampo.
Al año siguiente, Jorge Luis Borges publicó Antología Poética Argentina y editó el volumen de narraciones El jardín de senderos que se bifurcan, obra con la que se hizo acreedor al Premio Nacional de Literatura.
Instalado en la vanguardia literaria argentina, continuó publicando poemas y cuentos.
Antiperonista acérrimo, tuvo que dejar su empleo y se convirtió en conferencista, debiendo tratar su tartamudez y viajando por Argentina y Uruguay.
Comenzó a trabajar como docente de literatura inglesa en instituto y universidades.
En la década del 50 sucedieron importantes hitos en la vida de Jorge Luis Borges; La Sociedad Argentina de Escritores lo nombró presidente en 1950, dictó conferencias en la Universidad de la República de Uruguay, editó en México Antiguas literaturas germánicas, publicó en París la primera traducción francesa de su narrativa (Fictions) y en Buenos Aires la serie de cuentos La muerte y la brújula. En 1952 aparecieron los ensayos de Otras inquisiciones y se reeditó un ensayo sobre lingüística porteña titulado El idioma de los argentinos, junto con El idioma de Buenos Aires de José Edmundo Clemente.
Tras ser derrocado el gobierno peronista, Jorge Luis Borges fue designado director de la Biblioteca Nacional, y fue incorporado a la Academia Argentina de Letras. Publicó Los orilleros, El paraíso de los creyentes, Cuentos breves y extraordinarios, Poesía gauchesca, La hermana Eloísa y Leopoldo Lugones. Se le confirmó, además, en la cátedra de Literatura Alemana y, luego, como director del Instituto de Literatura Alemana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Luego de vivir algunos accidentes y operaciones, le prohibieron leer y escribir. Borges se fue quedando ciego como consecuencia de la enfermedad congénita que había ya afectado a su padre. Aún así, no dejó de leer, escribir y dar conferencias.
En la dicotomía de ser un célebre escritor y quedar ciego, Jorge Luis Borges escribió el Poema de los dones.
A la edad de 68 años, el exitoso escritor, académico, y literato, se casó por la iglesia con Elsa Astete Millán. El matrimonio duraría poco, separándose en 1970 a causa del carácter de Borges y de los celos de su madre.
Luego de que falleciera su madre en 1975, Borges se casó con su exestudiante y secretaria, María Kodama.
A mediados de la década del 80 y enfermo de cáncer, Jorge Luis Borges se erradicó Ginebra, falleciendo el 14 de junio de 1986 a los 86 años a causa de un cáncer hepático y un enfisema pulmonar. Sus restos yacen en el cementerio de Plainpalais.
A pesar de que nunca se hizo acreedor del Premio Nobel de Literatura, Jorge Luis Borges destaca por mérito propio en el mundo de las letras, por su genialidad, innovación y devoción al arte de narrar y contar.
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